Bio D, donde todos deben beneficiarse

17 empresas palmeras de los Llanos Orientales suministran aceite de palma diferenciado y sostenible para transformarlo en biodiésel. Bio D es miembro del acuerdo de voluntades para lograr la deforestación cero en el país, además trabaja para beneficiar el aire que respiramos y el hábitat de muchos animales y plantas.

Bio D, desde su planta situada en la vereda Mancilla, en Facatativá (Cundinamarca), está aprovechando el
aceite de palma para transformarlo en biodiésel, un combustible renovable que se mezcla con el diésel tradicional para disminuir el impacto ambiental ocasionado por la combustión de los vehículos.

La empresa está formada por la unión de 17 compañías palmeras de los Llanos Orientales, algunas de ellas con plantaciones en Villanueva (Casanare), Paratebueno (Cundinamarca) y en Barranca de Upía, Cabuyaro, Cumaral, Acacias, San Carlos de Guaroa y San Martín, municipios del Meta.

Todas aportan su producción de aceite de palma con el fin de darle un valor agregado. Porque la fabricación o
extracción de ese aceite no está asociada a procesos que causan deforestación. Tampoco la cadena de suministros del producto. Por eso, la organización se ha vinculado con la Alianza por los Bosques Tropicales (TFA, por sus siglas en inglés), que busca impulsar el propósito por alcanzar la deforestación cero en el país.

Muchas empresas y organizaciones de transportadores están usando el biodiésel producido en Bio D para reducir su impacto. En el 2019, por ejemplo, Coordinadora Mercantil, empresa líder en el sector de transporte por paqueteo, lo incluyó en su flota de camiones, especialmente en el Valle de Aburrá, zona metropolitana de Medellín. Algo similar logró la Asociación de Volqueteros de Antioquia, que inició una mezcla superior al 20 por ciento de biodiésel en el combustible usado por 699 de sus volquetas, con lo cual han reducido sus emisiones de dióxido de carbono y de partículas contaminantes para el aire de las ciudades.

También Coordinadora Mercantil ha ejecutado un proyecto piloto con un vehículo de carga cuyo combustible es 100 por ciento biodiésel de palma, que ha recorrido 30 mil kilómetros sin cambio de aceite y redujo su contaminación en un 60 por ciento a lo largo de un año, esto con respecto a un vehículo tradicional.

Proceso certificado

El enfoque de Bio D para tener una palma de aceite diferenciada y, por ende, un aceite de alta calidad que
pueda ser transformado en su planta (que es a su vez la de mayor capacidad instalada en el país), comenzó hace más de tres años, siendo parte de una iniciativa de autodiagnóstico ejecutado con el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), luego del cual se revisaron satelitalmente 59.200 hectáreas de las
plantaciones potencialmente aprovechables, esto para saber que solo 6 de ellas habían sido deforestadas, un área destruida que fue compensada y recuperada.

Toda la labor ha sido respaldada por el Sistema de Certificación Internacional de Sostenibilidad y Carbono
(ISCC) y de la Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible (RSPO), una iniciativa global conformada por múltiples partes interesadas en el aceite de palma sostenible y que integra a plantaciones, compañías productoras y comercializadoras de productos hechos a partir de esta materia prima.

Aquí se combina entonces un producto que ayuda a mejorar la calidad del aire, mientras se logra que el entorno donde se produce y es extraído también sea adecuado y ambientalmente sostenible. Porque los trabajadores y productores en campo contribuyen al cuidado de la fauna y la flora en los cultivos y áreas de conservación.

Actualmente se mantiene una conexión de corredores biológicos que se extienden por 8.500 hectáreas de conservación para 434 especies de fauna y flora, de las cuales 82 son especies raras, bajo amenaza o en peligro de extinción (RAP). Y se han desarrollado 15 planes de seguimiento para ecosistemas con un Alto Valor de Conservación (AVC), que incluye la protección de aves como paujiles, corocoras y tucanes; de reptiles, entre ellos caimanes, boas y la tortuga sabanera o galápago llanero, así como de una docena de mamíferos entre los que figuran el oso palmero, zorros, venados, los monos aullador y maicero, así como el reconocido cachicamo, el nombre común que se la ha dado al armadillo científicamente bautizado como Dasypus sabanicola.

Se tiene como proyecto organizar dos viveros para reproducir en ellos especies nativas identificadas en cada zona y reforestar áreas de alto valor ambiental con especies maderables como el cedro rosado y el helecho macho. Y se trabaja en la consolidación de una Reserva Natural de la Sociedad Civil (RNSC), que estaría situada en Ubalá (Cundinamarca).

Mirando todo este panorama y teniendo una visión general de toda la compañía, el resultado es un ganagana, donde se ayuda a las personas del común para tener una mejor calidad de vida. A los bosques y a los animales con tal de que vivan y se reproduzcan en paz, Y a un grupo de más de 8 mil trabajadores para que se sientan orgullosos del sitio en el que se desarrollan profesionalmente. En resumen, lo que la filosofía Bio D quiere transmitir es la consolidación de un lugar donde, “Ante Todo, Todos Deben Beneficiarse”.

 

 

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