Abordar la deforestación desde los mercados domésticos

La deforestación asociada a la producción agrícola es uno de los principales causantes del cambio climático. Aunque grandes empresas a nivel global están comprometidas con que sus cadenas de suministro sean libres de deforestación, lo cierto es que productos como el aceite de palma, la carne, la leche, la soya, entre tantos otros, son procesados y consumidos en el mercado local, lo que los deja por fuera de estos procesos. Es por esto que, para
lograr frenar la deforestación en las cadenas de suministro de alimentos, es necesario tomar acción sobre los mercados domésticos, especialmente en países con bosques tropicales, como Brasil, Perú, Indonesia o Colombia.

 

Tropical Forest Alliance y Solidaridad convocaron el pasado 21 de septiembre un conversatorio al respecto, en el marco del New York Climate Week 2021. Empresas, gobierno y sociedad civil compartieron las lecciones aprendidas durante la configuración e implementación de los acuerdos cero deforestación que desde 2017
Colombia y Perú han venido estableciendo como un mecanismo efectivo para hallar acciones concretas en la lucha contra la deforestación en subsectores agrícolas como palma de aceite, leche, carne, cacao y café.

Bajo la premisa de que los mercados globales y domésticos están entrelazados, la exposición enfatizó en que
para obtener resultados a nivel global en cuanto a lograr cadenas de suministro libres de deforestación, los esfuerzos deben empezar desde el nivel local.

“Una gran proporción de los productos agrícolas es consumida en el mercado local, lo que la excluye de la veeduría y compromiso de las grandes empresas internacionales para que sean libres de deforestación y cumplan con muchos otros aspectos de sostenibilidad. Se corre un gran riesgo al no considerar los mercados domésticos en la lucha global contra la deforestación”. Así lo explicó Joel Brounen, director de la oficina de Solidaridad en Colombia, quien reitero la importancia de que empresas locales hagan parte de las alianzas y veeduría de los gobiernos de países situados en ecosistemas sensibles. Los consumidores también deben ser conscientes del hecho para reclamar que los productos hayan sido fabricados sin dañar los bosques y mediante el consumo generar incentivos para las compañías que apoyan la biodiversidad.

El rol de los mercados domésticos

 

Javier Ortiz, Gerente de Programa Andes Amazonia de TFA, explicó que la deforestación en Colombia representa alrededor de 200.000 hectáreas de bosques al año (cifra promedio durante los últimos 10 años). Y en coincidencia con lo dicho por Brounen, sobre la necesidad de prestar atención a la demanda nacional, agregó que casi el 60% de esta deforestación sucede en la región amazónica y es impulsada principalmente por minería ilegal, producción de cultivos ilegales, producción ganadera y agrícola.

“La producción de carne en Colombia es cercana a las 605.000 toneladas al año, de las cuales más del 90 % es consumida dentro del mercado doméstico y 25.000 toneladas son exportadas. La producción de lácteos es cercana a los 7.358 millones de litros al año y el consumo interno o doméstico está sobre 95 %, lo que indica que las exportaciones son realmente marginales”, explicó Ortiz.

En el caso de la palma de aceite, 560 mil hectáreas sembradas producen 1.5 millones de toneladas de aceite. Casi el 54 % de esta producción se queda en el país, mientras que el restante, el 46 %, se exporta. Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM), el subsector palmero solo ha deforestado 4.455 hectáreas entre el 2011 y el 2017, es decir, un 0,4 % del total de la destrucción causada a los bosques.

En Perú, por su parte, la deforestación también se había extendido por 150.000 hectáreas al año y creció
a 200.000 hectáreas en el 2020, especialmente en la región amazónica, impulsada por la minería ilegal, los cultivos ilícitos, la producción de aceite de palma, café, cacao y la ganadería.

La extracción de aceite de palma en Perú ocupa aproximadamente 77.000 hectáreas, con una producción
anual de 300.000 toneladas, 90 % de ellas dirigidas al consumo interno o doméstico.

“Vemos con estos números que la demanda interna es muy importante para lograr los resultados en reducir la deforestación desencadenada de la producción de algunos productos en ambos países”, opinó Ortiz.

Fabiola Muñoz, exministra peruana de Agricultura y Medio Ambiente y actual Coordinadora de la Coalición
por una Producción Sostenible, contó que su país acaba de firmar el Acuerdo Cacao, Bosques y Diversidad, donde participan empresas y organizaciones de la cadena de cacao, gobierno y sociedad civil, con el propósito de tomar acciones en favor de la producción libre de deforestación como el primer acuerdo de esta naturaleza y que el país está por establecer acuerdos de este tipo con los sectores de aceite de palma y café.

En este mismo sentido, María Goretti, gerente del Programa de Palma en Solidaridad Network, comentó
que lo que Ortiz, Muñoz y Brounen expusieron se refleja adecuadamente en este sector, que ha demostrado
que producir localmente aceite de palma sostenible es posible para acabar con la deforestación.

“Las siguientes etapas para superar los desafíos son principalmente expandir el alcance del acuerdo a todas las empresas palmeras del país, incluyendo los pequeños productores”, dijo Goretti. Y reconoció el deseo sectorial de diferenciarse y conservar estratégicamente los ecosistemas naturales, para lo cual se viene trabando en la generación de herramientas de monitoreo con información satelital y de soporte interinstitucional para su implementación por parte de los productores en las áreas rurales.

Según Juan Nicolás Galarza, Viceministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, la meta del gobierno nacional era firmar e implementar acuerdos cero deforestación con cinco sectores prioritarios antes del 2022, objetivo que se ha cumplido (están vigentes acuerdos con palma, cacao, carne, leche y café) y se viene impulsando un acuerdo con el sector aguacatero.

Solo en el acuerdo cero deforestación de palma de aceite se han agrupado más de 90 entidades, con
46 compañías que representan el 37 % del mercado. Hay que decir que este fue un acuerdo histórico negociado entre TFA, Fedepalma, Cenipalma, Fedebiocombustibles, empresas privadas, ONG y el Gobierno colombiano en el año 2017, siendo el primero en su naturaleza.

Javier Ortiz finalizó comentando que los acuerdos con los sectores productivos y actores de soporte de las
cadenas siguen adelante generando condiciones para que se cumplan y se monitoreen los compromisos,
se gestionen recursos y se avance en la agenda por una producción libre de deforestación, sin importar su
mercado destino.

Para concluir el encuentro Brounen señaló tres importantes ideas:

1- La demanda local complementa la internacional

Como es evidente en las cifras, la demanda internacional solo representa una parte del mercado de
productos agrícolas, es por ello que hasta que no se logre que el mercado local sea sostenible y libre de deforestación, se corre el riesgo de generar allí una salida para estos productos. Es por esto que abordar
los mercados domésticos es absolutamente necesario para lograr las metas de no deforestación.

2- Monitoreo y Trazabilidad

Aumentar la cobertura de monitoreo doméstico y trazabilidad es urgente, pues solo así se podrá verificar que las cadenas de suministro sean realmente libres de deforestación. Protocolos de monitoreo y parámetros
unificados, permitirán delimitar las áreas o proveedores que actúen por fuera de los marcos regulatorios internacionales, especialmente los proveedores indirectos, los cuales deben ser incluidos en la trazabilidad de las
cadenas, con ayuda de compradores internaciones, para contribuir a mitigar los riesgos de deforestación. Todos estos esfuerzos deben ser fiscalizados por los gobiernos, para verificar el cumplimiento de los NDC
(Nationally Determined Contribution).

3- Financiación e incentivos

Tanto las inversiones públicas como privadas en países con bosques tropicales deben estar alineadas con los
esfuerzos a nivel internacional para reducir la deforestación. La implementación de los acuerdos Cero Deforestación tiene un costo para el consumidor final, los comercializadores, pero sobretodo para los proveedores en el origen de las cadenas de suministro, es por ellos que es de la mayor relevancia que las compañías internacionales construyan sobre las inversiones realizadas en los mercados locales, como una oportunidad para reforzar estos esfuerzos, proveyendo incentivos alineados y complementarios, así como financiación.

En resumen, incluso si logramos cadenas de suministro 100% libres de deforestación en mercados como el
europeo o americano, estos esfuerzos serán en vano si al interior de los países con bosques tropicales no se ataca el problema desde su origen. Por ello la urgencia de prestar atención a los mercados domésticos para combatir efectivamente la deforestación asociada a los productos agrícolas.

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