Francisco Cruz, viceministro de ambiente. Crédito: Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

Francisco Cruz, viceministro de ambiente. Crédito: Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

“Más del 80 % de la deforestación en Colombia obedece a grupos criminales organizados”: Ministerio de Ambiente

Por: Karen Tatiana Pardo Ibarra

El 52 % de la superficie terrestre de Colombia está cubierta por bosques naturales. Sin embargo, las distintas presiones causadas por las actividades humanas han ocasionado que entre los años 2000 y 2019 cerca de 2,8 millones de hectáreas de bosques se hayan perdido.

Para hacerle frente a uno de los mayores males que se ensaña contra el patrimonio natural de este país, el Gobierno Nacional lanzó el CONPES 4021, una política que busca implementar estrategias transectoriales para controlar la deforestación y promover la gestión y el uso sostenible de los bosques. Se establecen cuatro líneas estratégicas:

  1. Integrar estrategias de aprovechamiento sostenible de los bosques para mejorar la calidad de vida y la economía local de las comunidades.  
  2. Fortalecer los mecanismos de articulación y gestión transectorial.
  3. Ejercer control territorial para disminuir las dinámicas ilegales.
  4. Fortalecer los sistemas de monitoreo (información) para la toma de decisiones.

El viceministro de ambiente, Francisco José Cruz, ahonda en los desafíos y avances que se están implementando de manera articulada para cumplir con las grandes metas. 

¿Cuál es el problema madre de la deforestación en Colombia?

Antes de responderte, primero hay que ver la gráfica de deforestación anual en Colombia. En el año 2001 teníamos un poco más de 135.000 hectáreas deforestadas, pero luego en el año 2015 tuvimos un incremento drástico que llegó a más de 219.000 hectáreas en 2017. Luego hubo una baja y en el año 2019 perdimos 158.894 hectáreas. La cifra de 2020 sale en junio.

La pregunta es por qué ocurren estos procesos de deforestación y cuáles son las causas. A través de los reportes satelitales trimestrales, mensuales (con imágenes de alta resolución de hasta 3 metros), semanales (que son un insumo para las operaciones que hace el Ministerio de Defensa) y diarios de puntos de calor cada vez tenemos más y mejor información. Manejamos una escala nacional, departamental, municipal, veredal y predial. Significa que en este momento el IDEAM puede saber, en todo el bosque de Colombia, cómo está cada predio, determinar qué vía se está abriendo en este momento o si hay una casa en construcción.

Las dinámicas cambian, ¿pero actualmente cuáles son los principales focos de deforestación en el país y las respectivas razones?

Entre 2014 y 2019, el 68 % de la deforestación en Colombia se concentró en 22 núcleos principales. La mayoría están en el piedemonte amazónico; Putumayo, Caquetá, Meta y Guaviare. También en Río Sucio (el Darién Chocoano), Paramillo, Sur de Bolívar, Catatumbo y Nariño.

Las principales causas directas de la deforestación son: la praderización, los cultivos de uso ilícito, que no se trata solo de tumbar una hectárea de bosque, por ejemplo, para sembrar coca, sino que alrededor también hay un proceso de deforestación asociada al cultivo para producir insumos para la cocaína y crear corredores de movilidad. También están las malas prácticas de ganadería extensiva, la extracción ilícita de minerales, la infraestructura de transporte no planificada, la ampliación de la frontera agrícola en áreas no permitidas y la tala ilegal.

En este último punto pasa lo siguiente: el 10 % de la tala de madera es para vender, la gran pregunta es qué pasa con el otro 90 % de la madera. El desarrollo de la deforestación en Colombia se asocia principalmente a grupos criminales organizados que tienen otra conexión con delitos, no solo de extracción ilícita de recursos naturales, sino de acaparamiento de tierras o concierto para delinquir.  

Cinco departamentos concentraron el 63% de la deforestación acumulada en ese periodo de tiempo: Caquetá, Meta, Guaviare, Antioquia y Putumayo.

Hay otro punto en esa pregunta que es muy importante: el número de participación relativa de hectáreas deforestadas según intervalo. Hemos determinado que el 12,5 % de la deforestación en Colombia corresponde a polígonos menores a 2 hectáreas. Pero los que son mayores a 50 ha representan casi el 34 % de la deforestación total del país. ¿Qué implica esto? Que 1 ha deforestada en el bioma amazónico del Meta puede costar unos 3.000.000 de pesos; esto incluye la mano de obra, la alimentación, las motosierras, el combustible, el transporte. Pero si tienes un polígono mayor a 50 hectáreas pues necesitas 150.000.000 de pesos.

Si nos enfocamos en Mapiripán, que en 8 meses deforestaron casi 10.000 hectáreas, significa que tenemos a alguien que invirtió unos 34 mil millones de pesos. Esa es una deforestación criminal planificada y no un pequeño campesino que tiene que tumbar para su sustento diario. Más del 80 % de la deforestación en Colombia obedece a grupos criminales organizados.

¿De qué manera este Conpes 4021 contempla estrategias que den un tratamiento diferencial de acuerdo con el tipo de actor que causa deforestación de manera directa o indirecta?

Lo contempla, obviamente. En el círculo azul de la imagen hacen parte la Campaña Artemisa en la que recientemente la Fiscalía hizo público a los 40 principales deforestadores del país y los financiadores. Se los ha capturado y no precisamente en los territorios de deforestación sino en las ciudades y poblaciones en donde viven y organizan su estrategia económica.

Pero hay un punto muy importante que es la inversión social. Tenemos contratos de conservación natural y de uso en la Ley 2da, que también hace parte del bioma amazónico, con comunidades que están presentes ahí y han desarrollado estrategias dentro de la selva, digamos que de buena voluntad, desde hace muchísimos años. La idea es establecer, a través de la Agencia Nacional de Tierras y el Ministerio de Agricultura, contratos de uso por hasta 10 años con las personas que antes fueron deforestadoras.

Estos contratos van acompañados de pagos por servicios ambientales. También tenemos estrategias de turismo de naturaleza, [que a su vez van] acompañadas de negocios verdes y educación ambiental.

El código penal no tipifica como delito la apropiación ilegal de tierras; tampoco la conexidad con el uso de dineros públicos, el lavado de activos y la asociación con terceros. ¿Cómo llenar esos vacíos que dan vía a consolidar las tierras apropiadas una vez han sido deforestadas?

La otra estrategia que tenemos es la legislación. Está ad portas de salir el decreto de no maderables, una estrategia en donde al campesino le será más rentable vender los productos no maderables del bosque (como colorantes, resinas y frutos) que tumbar el mismo bosque. Todo acompañado, de manera racional y organizada, por una estrategia comercial.

Lo segundo es la nueva ley de delitos ambientales que va a suplir esas dificultades de las que hablas. Estoy completamente de acuerdo con ese diagnóstico. Ahí entran, por ejemplo, la no excarcelación, un nuevo delito de deforestación y aumentar las penas de los delitos vigentes. Esperamos que el Congreso de la República la apruebe en este primer semestre. Hace parte de la estrategia para el control de la deforestación.

Además de la deforestación, ¿qué otros delitos ambientales contemplan la ley?

Por el momento solo puedo decir esto. Puedo dar más información posteriormente.

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