La Alianza por los Bosques Tropicales (TFA por sus siglas en Ingles) es un pacto global que busca vincular a empresas, sectores públicos y la sociedad civil para que la producción de bienes agropecuarios de consumo no impulse oestimule la destrucción de nuestros bosques. Hablamos con Javier Ortiz, su coordinador para Colombia y Perú, quien señala que el país ya avanza en este propósito, con la concreción de acuerdos en los sectores de la palma de aceite, carne, lácteos, cacao y próximamente con café.
La deforestación es tal vez el principal problema ambiental de nuestros días. Un país que acaba con sus bosques está destruyendo, de paso, sus más importantes recursos biológicos. Según las cifras más recientes, en Colombia se talaron 219.973 hectáreas de selvas en el 2017, el espacio que ocuparían unas 400 mil canchas de fútbol. La cifra bajó a197.159 hectáreas en el 2018 y volvió a reducirse a 158.894 en el 2019, pero en 2020 ya bel IDEAM reporta un nuevo aumento, en particular en la Amazonía. Pero este es un problema que se acumula año a año, porque los daños siempre van mucho más rápido que los procesos de restauración, cuya área es mínima comparado con el área deforestada.
La tala es impulsada, entre otros, por grupos ilegales e intereses oscuros que buscan, entre otras cosas, acaparar tierras o sembrar cultivos ilícitos. Pero, al mismo tiempo, otro motor que impulsa la destrucción de la vegetación es el comercio de madera, la ganadería y la expansión de los cultivos agrícolas o de materias primas. Por eso, uno
de los retos que enfrenta el planeta es el de producir cada vez más alimentos y otros productos esenciales, sin que esto implique la destrucción de áreas boscosas y de otros ecosistemas naturales.
Y eso es lo que busca esencialmente la Tropical Forest Alliance (TFA), que motiva compromisos entre empresas o sectores productivos para que sus procesos se enmarquen dentro de la cero deforestación.
Hay más de una treintena de países que la respaldan y Colombia es uno de ellos; entre otras cosas fue el primero en hacerlo en América Latina. Y ahora, es respaldado por las embajadas de Países Bajos, Noruega, el Reino
Unido, y por Fondo Acción, WWF, PricewaterhouseCoopers, Rainforest Alliance, Usaid, Solidaridad Colombia, WCS, The Nature Conservancy, Finagro, Cargill, el Banco Mundial, Proyección Eco-Social, entre otras organizaciones.
Javier Ortiz, el coordinador de TFA para nuestro territorio, comenta que la idea es que muy pronto, el ciudadano del común y consumidor final, pueda encontrar en los supermercados productos con un sello que
demostrará que su fabricación está basada en procesos sostenibles y que nunca contribuyeron con la destrucción de nuestra flora.
¿Por qué es importante para Colombia estar en la alianza?
Colombia es uno de los países con la mayor tasa de deforestación en América Latina, e incluso en el planeta, la cual afecta bosques diversos que proveen medios de vida a campesinos, pueblos indígenas, comunidades negras y servicios a la sociedad en su conjunto. Mucha de esa deforestación está asociada, por ejemplo, al acaparemiento de tierras y la especulación (introduciendo ganado bovino como vehículo), pero, también en casos, a procesos que surten las cadenas productivas legales, que suelen proveerse, con conocimiento o sin saberlo, de materiales o insumos que provienen de procesos que han implicado la destrucción de bosques. Queremos influenciar este último eslabón.
¿Hay regiones priorizadas?
Meta y Caquetá; estos son los departamentos en donde tenemos más interés, por el impacto de la ganadería en Caquetá y por el avance de la palma en Meta.
¿Hay resultados concretos hasta el momento?
El primer resultado importante es haber involucrado a muchas entidades y gobiernos que están cooperando. Y tener a las ONG de nuestro lado, trabajando. Contar con entidades bancarias con progresivo interés en
financiar reconversiones o mejores prácticas como Bancolombia o Finagro. Hemos comenzado a trabajar con empresas que se ubican al final de la cadena, con los integradores del mercado como grandes
supermercados o compradores. TFA es una gran sombrilla, que acoge el interés de muchos sectores por evadir cualquier vínculo con la deforestación. Donde más se han traducido estos buenos intentos es en los
acuerdos cero deforestación que estamos consolidando para ls cadenas de cacao, lácteos, carne y palma y próximamente para la de café.
¿Cuáles han sido los primeros pasos para frenar el impacto de la palma o de los productos asociados a este sector?
Lo primero que hemos hecho es dimensionar la línea base asociada a deforestación por palma en el país de 2011 a 2017; ya tenemos el panorama claro (lo logramos con la ayuda del Ideam y Cenipalma), que ahora nos permitirá trabajar sabiendo dónde está y de qué dimensión es el problema, que por fortuna para este sector no es mayor.
Pasamos a hablar con unas 30 empresas agroindustriales del sector vinculadas al acuerdo, de las 68 distribuidas en 4 zonas palmeras del país, denominadas nucleos palmeros, para a través de un auto-análisis,
saber cómo está conformada su cadena de suministro, es decir, para saber de dónde viene el fruto que compran y transforman, y con empresas mayoristas y minoristas que compran aceite crudo o las materias primas
que usan. Una vez terminado este ejercicio, se usará como bse para establecer metas para trabajar en reducir la proveeduria de aceite de zonas deforestadas y asi apuntar a ser la primera cadena de palma cero deforestacion
a nivel global. Ese mismo análisis para ganadería, por ejemplo, nos tomará más tiempo, porque a diferencia de la palma, en Colombia puede haber más de 900 mil ganaderos en toda la geografía, desde el páramo hasta el mar, grandes y pequeños, legales e ilegales y su relación con la deforestación, directa o indirecta, es más estrecha.
Ya tienen la información sobre el avance de la palma. ¿Cuál será el siguiente paso?
Sabemos, por información del Ideam, que entre 2011 y 2017 se deforestaron 4155 hectáreas de bosques para introducir palma (debemos ir actualizando esas cifras) y ampliar el análisis a otros ecosistemas. Ahora, una vez tengamos los autoanálisis de las empresas para su propia cadena de suministro, identificando cuáles de sus
proveedores tienen problemas o riesgos de deforestación, deberán trabajar con ello, para que resuelvan el problema y dejen de deforestar, o de lo contrario reemplazarlos. Esta es la forma de bajar desde las empresas
compradoras de fruto, de aceite y sus derivados hasta llegar hasta los productores primarios. Por supuesto tenemos información de plantaciones de palma por productores que no están agremiados a Fedepalma que
están interveniendo bosques y otros ecosistemas naturales en años más recientes en zonas como el Guaviare, cuya
problemática no es fácil de resolver a través de estos acuerdos y requieren de la intervencióin del gobierno, pero que se hará todo lo posible para que su producto no entre a canales formales de comercialización.
¿Cuál es el gancho o el atractivo que encuentra una firma que quiere lograr cadenas sostenibles de suministro, para involucrarse con la Alianza?
Que no va a trabajar sola en la búsqueda o en la consecución de esos propósitos. Hay organizaciones miembro de TFA como WCS, o como WWF, Ecosocial, Solidaridad Network, The Nature Conservancy, que las pueden apoyar para consolidar esas cadenas productivas cero deforestación o que pueden ayudar a sus proveedores a transformar sus prácticas para que sean óptimas.
Para entender un poco más. ¿Cómo se desarrolla una proveeduria cero deforestación o sostenible para un privado?
Por ejemplo: el Grupo Éxito en el Meta, están trabajando con GANSO (Ganadería Sostenible), una iniciativa que presta servicios como la de asistencia técnica, creado entre Climate Focus y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), para transformar fincas con pasturas y suelos degradados, en paisajes productivos y sostenibles, y que contribuye a modificar su producción ganadera ineficiente hacia sistemas de producción diversificados y sostenibles. Entonces, sabiendo cuáles son las fincas que están reconvirtiendo sus prácticas, el Éxito entra a comprar su carne allí. Alquería está haciendo intentos similares con productores de leche. TFA está iniciando proyectos piloto con Alkosto y otros de los miembros de los acuerdos cero deforestación, involucrando al sector financiero para la reconversión productova sostenible de la ganadería y el desarrollo sistemas de monitoreo y
trazabilidad que permitan transparencia en las cadenas.
¿Existe algún objetivo para lograr cero deforestación a otro nivel diferente a empresas o sectores productivos?
Queremos el otro año, en nuestra tercera fase, promover un esfuerzo de cero deforestación a nivel jurisdiccional, es decir, que un municipio consiga ese propósito. Es un trabajo de largo aliento, pero con el propósito de llegar al terreno, trabajando con alcaldías, corporaciones autónomas, juntas de acción comunal, ONGs y empresas que hacen parte de las cadenas de valor, trabajar en jurisdicciones cero deforestación.
Dentro de la alianza hay empresas como Unilever, una multinacional. ¿Cómo se le puede garantizar al consumidor que a lo mejor esta firma está comprometida con una cadena de cero deforestación en Colombia,
pero en otro país apoye indirectamente cadenas que no respeten el bosque?
Nosotros nos concentramos en lo que Unilever pueda hacer en Colombia, pero esta empresa en particular está en TFA Colombia luego de haberse vinculado a TFA Global y por ende está comprometida con su proveduría a
nivel global, sea que su proveeduría venga de Malasia, de Indonesia o de Brazil, donde debe estar monitoreada y trazada en su totalidad.
¿Cómo podría un consumidor final, un ciudadano normal, ver reflejado el trabajo de la alianza?
Cuando llegue a un supermercado y pueda ver un producto final marcado con un sello que le indique y le garantice que la fabricación de ese producto estuvo asociada a una cadena sostenible que no incluyó tala de bosques. Hacia allá esperamos llegar pronto con estos procesos de los acuerdos y TFA.
¿En cuánto tiempo podría ocurrir eso?
No me atrevo a dar fechas. Lograr esa trazabilidad que indicaría de donde viene X o Y producto no es fácil. Por ejemplo, en ganadería, saber si la carne que estoy comprando es de un animal que creció en condiciones sostenibles, implica conocer todos los predios y cómo se manejó a lo largo de su ciclo de vida, lo cual implica cruzar información del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), el Fondo Nacional del Ganado-Fedegán, el Invima, *, IDEAM, entre otras y poder certificar en forma transparente lo sucedido en todo el proceso de producciòn y transformaciòn de ese animal desde su nacimiento hasta el plato.