Aguacate, Bosques y Clima: ventajas de la acción colectiva para un futuro sostenible

Javier Ortiz, Director América Latina, Tropical Forest Alliance-TFA

Pocos sectores se encuentran tan expuestos a los riesgos climáticos como el agropecuario. La escasez o el exceso de agua, los fenómenos climáticos extremos, la proliferación de plagas o enfermedades, son fenómenos íntimamente ligados al cambio climático que, de mantener su tendencia actual, seguirán generando un elevado costo a actividades productivas como el cultivo de aguacate.

Un productor puede controlar o gestionar diversos factores dentro de su finca para mejorar su productividad, pero otros, simplemente superan la capacidad del productor de ser resiliente, de controlarlos, poniendo en riesgo su negocio. La salud de los paisajes aguacateros, del planeta cuyo impacto se manifiesta a escala global, es crítico para la sostenibilidad de los cultivos. Evidentemente la acción colectiva sectorial, territorial y global, es progresivamente necesaria para evitar que el detrimento de las condiciones climáticas menoscabe el futuro de sectores tan promisorios como el de aguacate Hass.

Colombia se ha comprometido a reducir un 51%  sus emisiones de Gases Efecto Invernadero[1], responsables del efecto invernadero y en consecuencia el calentamiento global, para el año 2030.  Esta ambiciosa meta recae ampliamente en el sector conocido como AFOLU (Agricultura, Silvicultura y otros usos de suelo), donde suceden cerca del 43% de nuestras emisiones de país. El CO2 aporta cerca del 74% del total de emisiones del país, cuya fuente principal es la deforestación, que ha rondado en promedio las  200 hectáreas por año en el último decenio.

Atendiendo la preocupación sobre el rol que ejercen los bosques y otros ecosistemas naturales como sumideros de carbono, reservorios de biodiversidad (incluyendo las culturas nativas que los habitan), reguladores del clima, retentores de humedad, entre otras funciones vitales, los consumidores a nivel global han venido incidiendo en regulaciones que apuntan a prevenir los impactos de lo que consumen.  Esto ha redundado en normativas de la Unión Europea, Reino Unido, Alemania y Francia sobre cadenas de suministro de las que se abastecen estos mercados, cuyo foco de interés es la deforestación y los derechos humanos.  Este tipo de reglamentaciones viene siendo también discutida por los Estados Unidos, en lo que se denomina el Forest Act, que actualmente cursa en el Congreso de ese país. Países como China discuten como adoptar este tipo de medidas para sectores como el cárnico cuyo mayor proveedor es Brasil y más temprano que tarde el comercio global estará regulado por este tipo de normativas.  Aunque estas regulaciones se enfocan inicialmente en “commodities” como la palma de aceite, la madera, la soja, el cacao y la carne, se prevé que progresivamente cobije otros productos y sus derivados, posiblemente el aguacate, cuyo consumo global viene en franco aumento.

 

Sectores agropecuarios con un dinámico crecimiento como el de aguacate Hass en Colombia tienen entonces un desafío inaplazable, bien sea por convicción o por presión de los mercados y de las condiciones climáticas, de transformarse o en este caso de forjarse bajo preceptos de buen desempeño en materia ambiental y social.

Las tendencias globales de los mercados, así como las tendencias climáticas, pueden bien ofrecer oportunidades o representar riesgos y barreras, según qué tan preparados están los sectores para atenderlas.  El sector de aguacate Hass en Colombia es un sector tan joven como dinámico en su crecimiento; es a su vez un sector orientado en las exportaciones y con alto potencial de posicionarse como un sector diferenciado respecto a países competidores cuya reputación está en entredicho.  El cultivo de aguacate bajo prácticas sostenibles cuenta además con importante potencial de captura de carbono, comparativamente con sectores como el ganadero, agregando atributos restaurativos  de los suelos y  la biodiversidad, y por supuesto sumando ingresos al productor derivados de la venta de créditos de carbono.  Este tipo de mecanismos de mercados ya vienen favoreciendo a pequeños cultivadores agroforestales de café y cacao en Colombia y Perú.

El cultivo de aguacate Hass depende de los bosques y ecosistemas naturales, tanto como sus productores necesitan del mercado. Esta misma lógica ha llevado a sectores como el de la palma de aceite, el cacao, el café, la carne y la leche a establecer acuerdos cero deforestación en sus cadenas de suministro, movilizando la acción colectiva de actores públicos, privados y de la sociedad civil en torno a generar condiciones habilitantes para lograr este propósito.  La Alianza por los Bosques Tropicales (TFA por sus siglas en Inglés), Fondo Acción, Corpohass y el Ministerio de Ambiente, vienen avanzando en la iniciativa de un acuerdo de esta naturaleza que permita que el gremio aguacatero avance en ese sentido, anticipándose a los requerimientos del mercado y comprometiéndose con el país con un desempeño sostenible de su actividad.  Sin duda esta iniciativa será de enorme importancia para la competitividad y sostenibilidad futura de un sector con potencial poco comparable dentro del ámbito rural colombiano.

 

[1] Los GEI son principalmente el CO2, CH4, N2O,HFCs, SF6.

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